Ni siquiera el hecho de haber ganado el cetro invernal en la pasada campaña le ha hecho merecedor a los Leones de Ponce de poder iniciar sus entrenamientos en su madriguera: el estadio Paquito Montaner.
Y quién sabe cuándo podrán entrenar de lleno en el Montaner, debido a que la instalación sureña no está en condiciones de ser utilizada para la práctica del béisbol.
Los Leones, campeones del béisbol en la campaña del 2008-2009, tuvieron que utilizar ayer en la tarde las facilidades del estadio Yldefonso Solá Morales para iniciar sus entrenamientos para receptores y lanzadores.
Hoy desconocen dónde entrenarán, debido a que el Solá Morales está supuestamente comprometido con el municipio. La sesión podría celebrarse en Juana Díaz.
 “El parque (Montaner) no está en condiciones. Será la semana que viene o antes de comenzar la temporada cuando lo usaremos”, dijo el gerente general de los Leones, Wito Conde, agregando seguidamente que lo mismo sucedió en la pasada temporada “cuando tuvimos que entrenar en el Bithorn (Hiram) y al final ganamos el campeonato”.
A pesar de tener que usar un terreno ‘extraño’ para practicar, unos quince integrantes del equipo ponceño se presentaron al Solá Morales con el mismo entusiasmo y dedicación con que lo hubiesen hecho en su madriguera.
“Esto no afecta en nada. Al contrario, lo que crea es más unidad. Estas son cosas que hacen que los peloteros jueguen más motivados”, dijo el dirigente Eduardo Pérez, quien se reportó a las prácticas a solo horas de haber arribado a la Isla.
Pérez se mostró complacido por la buena asistencia que hubo ayer a la primera práctica. Pero lo hizo aún más feliz ver a un par de veteranos jugadores que no estaban citados para la sesión.
Se trataba del inicialista Carlos Rivera y el campeón de la pasada campaña Andy González, quienes no lo pensaron dos veces para unirse a sus compañeros lanzadores y receptores, aun cuando los jugadores de posición no están obligados a hacerlo hasta el 2 de noviembre.
“Lo mejor de todo es que son los líderes los que están aquí. A mí no me sorprende de ellos. Quieren empezar bien la temporada. Estos jugadores le hacen el trabajo a uno más fácil”.
“Somos unos fiebrús. Nos gusta llegar temprano a los entrenamientos. A mí me gusta hacerlo para conocer a los nuevos peloteros y establecer una química. Y obviamente para ponerme en ‘shape’ (forma)”, señaló González, quien lideró la liga en bateo con promedio de .387.
El calor fue intenso en el área del estadio cagüeño y la temperatura subió aún mucho más, luego de que cayera un aguacero que más bien lo que hizo fue provocar un fuerte vaporizo.
“Queremos que los fanáticos de Ponce sepan que no nos vamos a conformar con haber ganado el año pasado... queremos repetir”, concluyó Pérez.