Raúl Álzaga / Primera Hora 

Los números del retirado toletero boricua Edgar Martínez hablan por sí solos.

Pero, ¿serán suficientes para ser exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en su primer año de elegibilidad el próximo mes de enero?

Ni siquiera el propio Martínez está seguro de ello, aunque confía en que le brinden el mayor reconocimiento en su primer turno al bate.

“Estoy esperanzado que así sea”, sostuvo Martínez, quien firmó autógrafos ayer domingo previo al partido entre los Criollos de Caguas y los Lobos de Arecibo en el estadio Yldefonso Solá Morales del Valle del Turabo.
“¿Quién sabe? Creo que los números están ahí. Pero hay puristas que no están de acuerdo con exaltar jugadores que han sido bateadores designados, así que habrá que esperar”.
Martínez jugó 18 temporadas con los Marineros de Seattle, desempeñándose como antesalista en sus primeros siete años, pero luego de una lesión en 1994 lo utilizaron casi de forma exclusiva como bateador designado el resto de su carrera, hasta su retiro en el 2004.
El destacado bateador figura como uno de sólo ocho jugadores en la historia de las Mayores en conectar al menos 300 jonrones (309), 500 dobles (514), batear para promedio de por vida por encima de los .300 (.312), tener promedio de embasarse de sobre .400 (.412) y promedio de slugging por encima de .500 (.515). La ilustre lista incluye a luminarias como Babe Ruth, Ted Williams y Lou Gehrig, entre otros.
“Sería un gran honor llegar al Salón de la Fama en mi primer año, pero eso no me toca a mí decidirlo, sino a los votantes. Ya veremos”, dijo Martínez.
En torno a su colega boricua Roberto Alomar, que también es elegible en enero para el Salón de la Fama, Martinez opinó que el ex intermedista debe ser “una segura adición”.
“Alomar tuvo una carrera espectacular, puso grandes números y su elección sería muy merecida”, dijo Martínez, quien agregó que entre los peloteros que quedan activos, Iván Rodríguez sería otro que podría aspirar a entrar.
“Eventualmente, Iván debe estar ahí”, sentenció.