San Juan o nada.

Para los Cangrejeros de Santurce, jugar en cualquier otro lugar que no fuera el estadio Hiram Bithorn hubiese implicado cuantiosas pérdidas.

Por eso, cuando el uso del estadio capitalino no se pudo concretar para esta temporada, resultó inevitable para la gerencia del equipo tomar la decisión de recesar.

Así lo constató ayer el dueño de los Cangrejeros, José “Tony” Valentín, tras ver ignoradas sus múltiples gestiones con el Gobierno capitalino para lograr un acuerdo.
“Nos reunimos para tocar puertas en la alcaldía. Se presentó una propuesta. Pero luego seguimos llamando y nunca llegó una respuesta. Al filo de la noche del miércoles tuvimos que optar por recesar”, dijo Valentín, quien agradeció la ayuda de algunos miembros de la Liga, y de su socio Josué Vega y su grupo, en el intento por tratar de salvar la temporada de los Cangrejeros.

“Se trató, pero sin parque no se podía jugar”.
Valentín explicó que Vega tenía cerca de $300 mil en auspicios si lograba finiquitar el uso del Bithorn, pero no si se jugaba en otro lugar, como Carolina o Manatí.
“Jugar en otro lugar que no fuera San Juan era un riesgo muy grande. Era prácticamente un suicidio financiero. En Carolina no teníamos derecho a vallas para anunciarnos, el respaldo del público iba a ser disminuido y tendríamos que correr con gastos de luz y agua. Y en Manatí ya nos habíamos ido de allí por el poco respaldo, así que esas dos no eran alternativas viables sin tener que recurrir a grandes pérdidas de nuestro caudal personal”, sentenció Valentín.