TEMPE, Arizona -- El puertorriqueño Joel Piñeiro jugó el tiempo suficiente en la División Oeste de la Liga Americana como para darle a los Angelinos de Los Angeles una probadita de lo bien que puede lanzar.
Piñeiro está de vuelta en la división, en la nómina de los Angelinos.
"Estoy simplemente entusiasmado de venir a una organización ganadora y a un equipo ganador", dijo Piñeiro el lunes.
"Todo comienza desde la gerencia y llega hasta el equipo de entrenadores, el piloto y todo lo demás que está alrededor. Es un gran grupo el que tienen aquí y me siento impaciente por comenzar", declaró.
El derecho puertorriqueño de 31 años se integra a una rotación potencialmente sólida e integrada por Jered Weaver, Joe Saunders, el dominicano Ervin Santana y Scott Kazmir. Los Angelinos esperan que con la llegada de Piñeiro se pueda cubrir el vacío en la rotación dejada por el estelar John Lackey, quien se convirtió en agente libre y fue contratado por los Medias Rojas de Boston.
Piñeiro firmó un contrato por dos temporadas y 16 millones de dólares con los Angelinos en el receso de la campaña.
El boricua debutó en las Grandes Ligas con Seattle en el 2001 y se mantuvo con los Marineros hasta el 2006, donde pudo estudiar detenidamente a los Angelinos.
Seattle le permitió irse después de una temporada en la que tuvo foja de 8-13 y 6.36 de promedio en carreras limpias admitidas y fue sacado de la rotación de abridores, un año después de que fue operado del codo derecho.
Piñeiro entonces revivió su carrera en San Luis con el entrenador de lanzadores Dave Duncan, quien le aconsejó que se basara principalmente en su sinker y, gracias a la recomendación, tuvo una de sus mejores temporadas en el 2009 con una foja de 15-12 y 3.49 de efectividad.
Piñeiro permitió apenas 27 boletos en 214 entradas para encabezar a las Grandes Ligas con 1,1 boletos por cada nueve entradas, así como 2,73 roletas o elevados para out por cada nueve entradas.
Pese a su mejoría, los Cardenales, que están recortando gastos, lo dejaron en libertad luego de que el puertorriqueño procuró un contrato de tres temporadas y 25 millones de dólares.