JUPITER - El intermedista puertorriqueño Rubén Gotay quiere dejar atrás la pesadilla vivida en el pasado invierno para dedicarse a aprovechar el tiempo en esta primavera.
Luego de experimentar su peor actuación en la pelota invernal de Puerto Rico, Gotay se presentó temprano a los campos de entrenamiento de los Cardenales de San Luis con el fin de trabajar en aquellas pequeñas cosas que le permitan recuperar su antigua forma.
“No fue mi mejor temporada, pero eso ya pasó. Eso fue allá. Aquí he venido con una nueva mentalidad. Vengo a trabajar fuerte para tratar de hacer este equipo”, dijo Gotay, quien firmó contrato dividido con los Cardenales con una invitación a los campos primaverales.
Gotay se refería a la pésima actuación que tuvo con los Gigantes en la campaña del 2009-2010, en la que apenas promedió .218 sin jonrones y 15 remolcadas. Su pobre desempeño estuvo unido a varios problemas con la gerencia de los Gigantes que provocó que fuera inactivado en los playoffs.
“Fue un año de aprendizaje. Todo el mundo pasa por malos años, sólo que a mí me tocó ahora. Hasta ahora sigo allí. Hubo unas diferencias con algunas personas, pero ya se aclararon con quiénes había que aclararlo. Eso está en el pasado”.
Lo que está en el presente inmediato es la oportunidad de poder hacer el equipo de los Cardenales.
“Rubén tiene chance. Nosotros necesitamos un jugador que pueda jugar varias posiciones en el cuadro. Tiene una gran oportunidad”, señaló por su parte, José ‘Cheíto’ Oquendo, coach de tercera base de los Cardenales.
Gotay estuvo la temporada pasada en Triple A con la organización de los Diamondbacks de Arizona, tras ser dejado libre por los Bravos de Atlanta con quienes promedió .235 en 88 partidos en el 2008.
Una temporada antes (2007) promedió .295 con cuatro vuelacercas y 24 remolcadas con los Mets de Nueva York.
“Esta es una oportunidad grande y debo aprovecharla dando el todo por el todo. Sé que hay varios peloteros compitiendo por esa posición de ‘utility’, pero voy a trabajar fuerte. No tengo en mi mente volver a Triple A, pero si por mala pata o por el destino hay que hacerlo, se hace”, concluyó el bateador ambidextro de 27 años de edad.
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