Port St. Lucie. Mientras el resto de sus compañeros tomaba ayer el terreno del Tradition Field para enfrentar a los Cardenales de San Luis, Carlos Beltrán hizo una silenciosa entrada al estadio.
No estaba uniformado, todo lo contrario, vestía casual. Una vez en el vestidor de los Mets, empezaría con su rutina para rehabilitar su rodilla derecha, la cual fue operada a mediados de enero y es la causante de que no esté en el campo de juego con los Mets de Nueva York.
“Hasta ahora, gracias a Dios, el proceso de la rehabilitación está yendo bien. Me siento bastante bien en comparación como cuando empecé a rehabilitarme… Ahora estamos haciendo ejercicios más agresivos y que tienen que ver con más balance”, expresó Beltrán ayer en entrevista con Primera Hora a su llegada al Tradition Field.
“Me gustaría, en verdad, volver lo más rápido posible. Pero ahora mismo lo que quiero es estar 100 por ciento y poder pensar que cuando entre, no saldré del terreno de juego”, sostuvo.
Sin embargo, a pesar de que no puede jugar, Beltrán se mantiene en el clubhouse de los Mets, aprovechando esa fase de los entrenamientos primaverales que no se da en el campo: la camaradería.
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